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Israel tras las elecciones del 22 de enero de 2013

Netanyahu al perder 11 escaños, ¿cederá ante la izquierda o ante la derecha?

LD 2013-01-23

Tras una campaña apática y una jornada electoral casi exenta de emoción, comienza lo realmente interesante de las elecciones israelíes del 22 de enero de 2013 el baile de pactos y coalicionespara formar Gobierno.

Con su agridulce victoria, los resultados han cumplido las peores expectativas del primer ministro Benjamin Netanyahu, que tras la pérdida de 11 escaños, acusa el castigo de los votantes y el fracaso de su estrategia de presentar lista conjunta con Beitenu, del exministro Avigdor Lieberman

Ahora, con el empate de 60 escaños entre el bloque de derecha y religioso, y el formado por la izquierda y partidos árabes, hay varias posibilidades para que el primer ministro logre mantenerse en el cargo. Pero no son muchas, y todas implican importantes cesiones a cambio de la coalición. ¿Ante quién cederá Netanyahu en este intrincado escenario?

La opción mayoritaria de centro-derecha

Tras conocer los resultados, el primer contacto fue con el recién estrenado partido de centro de Yesh Atid ("Hay Futuro"), liderado por el experiodista Yair Lapid, lo que deja claras las intenciones de Bibi de incluir en el Gobierno al partido revelación de los comicios un partido de centro, creado en las redes sociales hace poco más de un año. "Tenemos que crear el Gobierno más amplio posible. Ya he iniciado esta misión", anunció Netanyahu.

Esto se traduciría en una coalición de Likud-Beneitu (31 escaños), Yesh Atid (19) al que Netanyahu necesitaría incluir los escaños del bloque de derechas y religioso si quiere gobernar con una mayoría holgada. En este supuesto, necesitaría los 12 asientos en la Knéset del sefardí Shas, los 7 de Yahadut HaTorah Hameukhedet ("Judaísmo Unido de la Torá") y los 11 del Habait Hayehudí de Naftali Bennett, el millonario ultraderechista.

Pero los intereses de Lapid y el bloque religioso chocan de una manera inequívocamente frontal, y se antojan irreconciliables. El partido del experiodista plantea tres exigencias fundamentales: reanudar el proceso de paz con los palestinos y eliminar las subvenciones y exención del servicio militar de los ultraortodoxos para rehabilitar a la clase media.

Asuntos que son innegociables para Judaísmo Unido de la Torá y el Shas, y en menor medida, también para Habait Hayehudí. 

Gobierno en minoría 

Si Benjamin Netanyahu no consigue conciliar las exigencias de Lapid y los ultraortodoxos, probablemente sean estos últimos los "prescindibles" para el primer ministro, por lo que el Shas y Judaísmo Unido de la Torá se quedarían fuera.

Así las cosas, se vería obligado a formar un gobierno con la mayoría estricta en la Knéset (61) escaños, mucho más débil. En esta opción, Netanyahu sumaría los 31 suyos, los 19 de Yesh Atid y los 11 del partido de Bennet, que mostraría las mayores reservas al pacto. 

El primer ministro hará todo lo posible por evitar llegar a este punto, dado que una formación tan debilitada tendría un tiempo de gobierno mucho más corto de lo ya esperado. 

¿Olvidarse de Lapid?

Esta alternativa se esboza como la más descartable, al menos a priori. Benjamín Netnayahu optaría por la formación de un gobierno minoritario, con el Shas, Judaísmo Unido de la Torá y Habait Hayehudí. Por esta vía, renunciaría a incluir a Yair Lapid, y conformaría un gobierno aún más escorado a la derecha.

Además de la inestabilidad, esta disyuntiva le augura un escenario más problemático al primer ministro, que tendría que otorgar una cartera de responsabilidad al líder ultraderechista Naftali Bennett, ó incluso algo más. 

Lo "imposible"

En realidad, el escenario de Netanyahu se reduce a las tres opciones anteriores, que incluyen a los únicos partidos que han mostrado voluntad de pactar con él. Pero aún hay más formaciones en el Parlamento, con muchas reservas para sumarse a la coalición gubernamental.

Los 15 escaños del Partido Laborista serían una fuente de tranquilidad para Netanyahu, pero su líder Shelly Yajimovich se comprometió a no gobernar junto a él "bajo ninguna circunstancia". Lo mismo ocurre con Tzipi Livni , quien ya se negó a sentarse con él en el 2009, cuando lideraba Kadima. No parece que vaya a adoptar una postura diferente con su recién estrenado Haatnuá.

Desde el bloque de izquierdas  tampoco lo tienen fácil para aunar esfuerzos y derrocar a Netanyahu: necesitarían, al menos, un voto más de los que suman para llegar a la mayoría requerida.

A partir de mañana, Simon Peres comenzará los contactos con los partidos, y el día 4 los diputados jurarán su cargo en el Parlamento. Hay margen para que el sistema de pactos se tambalee y se levante un par de veces.  

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Israel. Elecciones 22 01 2013. Escrutinio completo: Votó el 67,79%

 AJN Agencia Judía de Noticias, sábado, 26 de enero de 2013

Se registró un aumento en la participación ciudadana con respecto a las elecciones de 2009. El partido Habait Hayeudi alcanzó los 12 asientos a cuenta del partido árabe Ra'am Ta'al. Asimismo, la comisión anunció que 270 mil votos fueron a los partidos que no pasaron el límite establecido para acceder a una banca en la Knesset.

El Comité Electoral Central encabezado por el juez Eliaquim Rubinstein difundió en la noche del, jueves, 24.02.2013, los resultados finales de las elecciones para la 19ª Kneset. Los datos publicados demuestran que el 67,79% de las personas con derecho a votar cumplieron con su deber cívico. Este dato se debe traducir como un ascenso del 2,5% de participación en comparación con las elecciones de 2009.

En tanto, el bloque parlamentario de centro-derecha tendrá la mayoría en la Knesset (61 a 59), ya que finalmente el nacionalista Habait Yehudi logró arrebatarle una banca a la Lista Árabe Unificada y llegar a 12 escaños, y que Kadima logró superar el umbral del 2 por ciento que otorga legisladores.

El hecho que la diferencia la haya hecho el sufragio de los soldados es muy significativo para la diputada beneficiada, Shuli Muallem, quien preside la Organización de Viudas y Huérfanos de la Fuerza de Defensa de Israel, a la cual se sumó tras el fallecimiento de su marido, Moshe Muallem, en 1997.

Asimismo, la comisión anunció que 270 mil votos fueron a los partidos que no pasaron el límite establecido para acceder a una banca en la Knesset. Los resultados finales muestran que Habait Hayeudi liderado por Neftali Bennet ganó otro mandato a costa de la lista Ra'am Ta'al, y de esta manera alcanzó los 12 escaños en la Knesset.

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Batacazo de Netanyahu, cuya alianza con el ultranacionalista Avigdor Lieberman perdió 11 escaños

Likud-Beneitu, 31 escaños.

Yesh Atid, (Hay Futuro, un partido de centroderecha, liderado por el experiodista Yair Lapid), 19 escaños

Partido Laborista (liderado por Shelly Yachimovich), 15 diputados

Shas (ultraortodoxo sefardí), 11 escaños

Habayit Hayehudí (partido ultranacionalista religioso), 12 escaños.

Judaísmo Unido de la Torá (ultraortodoxo asquenazí), 7.

Hatnuá (de la ex jefa de la oposición Tzipi Livni), 6.

Meretz (frente pacifista), 6

Ra'am Ta'al (la Lista Árabe Unida), 4 escaños.

Jadash (el frente judeo-árabe por la igualdad) , 4

El Pacto Democrático Árabe, 3.

Kadima, 2.

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La coalición de Netanyahu obtiene 31 escaños con el 99% de votos escrutados. Los partidos de centroizquierda logran importantes avances que dificultarían la coalición

ABC 23 01 2013

La coalición que preside el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ganó hoy las elecciones legislativas en Israel con 31 escaños, mientras que el partido Yesh Atid (Hay Futuro), un partido de centroderecha, liderado por el experiodista Yair Lapid y cuyo número dos, el rabino Shai Pirón, vive en un asentamiento) consiguió una sorprendente segunda posición con 19, según los datos de la Comisión Electoral con el 99,5% escrutado.

Los resultados reflejan una pardad por bloques ideológicos, 60 escaños para el de la derecha y los ortodoxos y 60 para los partidos de centro izquierda y árabes, lo que complicará a Netanyahu las negociaciones para consolidar una coalición parlamentaria que apoye su gobierno, informó la edición electrónica del diario Yediot Aharonot.

El Partido Laborista consigue la tercera posición con 15 diputados, seguido del ultraortodoxo sefardí Shas y el partido ultranacionalista religioso Habayit Hayehudí, ambos con 11 escaños.

A continuación se situarían el ultraortodoxo asquenazí Judaísmo Unido de la Torá, con 7; la formación Hatnuá, de la ex jefa de la oposición Tzipi Livni, y el frente pacifista Meretz, ambos con 6.

El descalabro de Kadima

La Lista Árabe Unida sorprende en estos comicios con 5 escaños, seguida del frente judeo-árabe por la igualdad Jadash, 4, y el Pacto Democrático Árabe que obtendría 3.

Justo por encima del 2% que se requiere para obtener representación parlamentaria, la formación Kadima, que hasta ahora era el partido con más escaños del parlamento, recibe solo 2 diputados. En las pasadas elecciones, el partido de Benjamin Netanyahu (Likud) obtuvo menos votos que la candidata de Kadima, pero el actual primer ministro logró el apoyo necesario para ser nombrado líder del Gobierno.

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Las claves de las elecciones de Israel

LD 2013-01-21

Benjamin Netanyahu, Shelly Yachimovich, Shaul Mofaz, Tzipi Livni, Naftali Bennett y Eli Yishai

Mañana, martes, 22.01.2013,  Israel celebrará las elecciones a la 19º Knéset en las que se elegirá a los 120 miembros del parlamento, que a su vez votarán al primer ministro. A pesar de que se trata de uno de los países con más atención internacional, las particularidades de su sistema electoral provocan grandes lagunas, dando lugar a errores de bulto que van más allá de repetir el mantra de "la única democracia de Oriente". "Hablamos mucho de Israel, pero en cuanto a sus elecciones se hace con mucho desconocimiento", aseguró la semana pasada en Madrid Florentino Portero, director de Casa Sefarad-Israel. Por ello, realizamos un sucinto repaso por algunas de las claves más importantes para comprender estos comicios. 

Un sistema aglutinador y estable

Al contrario de lo que ocurre en gran parte del mundo occidental, que las elecciones se celebren de manera anticipada en Israel no es síntoma de la debilidad del gobierno o de claudicación por parte del primer ministro, sino más bien un reflejo de la construcción de su sistema político. De hecho, en esta ocasión, Benjamin Netanyahu parte con todas las encuestas a favor.

El sistema electoral israelí tiene un umbral electoral muy bajo (2%) y un distrito único, lo que provoca que en la Knéset haya parlamentarios de más de una decena de partidos distintos. El objetivo de esta elevada representatividad es buscar el reflejo del mayor número de tendencias de un país heterogéneo formado por inmigrantes. "El sistema tenía una lógica de acero cuando fue generado", señala Mario Sznajder, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, "pero ahora, los cambios demográficos sugieren la necesidad de un cambio, de subir la valla de entrada al parlamento y convertirlo en un sistema más mayoritario".

Las coaliciones de gobierno son una de las señas de identidad de Israel. Desde 1981 ningún partido ha alcanzado la mayoría suficiente para gobernar en solitario, lo que ha provocado pactos de hasta cinco formaciones distintas. Tradicionalmente, la Knéset elige como primer ministro al líder del partido con más sufragios, aunque no siempre es así. En las pasadas elecciones, el partido de Benjamin Netanyahu (Likud) obtuvo menos votos que la candidata de Kadima, pero el actual primer ministro logró el apoyo necesario para ser nombrado líder del Gobierno.

Una jaula de grillos

Cuando se aborda el mapa político israelí, uno de los errores más comunes son los paralelismos entre la izquierda y la derecha europea. Las divisiones en el sistema de partidos tienen que ver con las fracturas sociales y religiosas, y no se acomoda necesariamente con el concepto tradicionalmente atribuido a la izquierda y la derecha.

Como señala Carmen López Alonso, de la Universidad Complutense de Madrid, la división de los partidos se estructura en torno a su posición en cuatro grandes asuntos: la religiosa-secular, las concesiones territoriales a Palestina, la seguridad del Estado y lo relacionado con la economía y estado del bienestar.

Suele ser costumbre dividir a los partidos políticos israelíes en otros cuatro bloques, respecto a los citados asuntos: el bloque de la derecha, el bloque ultraortodoxo, el bloque de centro izquierda y el bloque de los partidos mayoritariamente árabes.

En este mapa político de Electoral Compass Israel se refleja el mapa electoral de los partidos según sus principales dimensiones.

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Agridulce victoria para Netanyahu

Los primeros resultados confirman lo esperado: el primer ministro renovará en el cargo, aunque sufre un fuerte castigo de los votantes. 

2013-01-22

Aún son sólo datos provisionales, pero la victoria de Benjamin Netanyahu se da por segura, cumpliendo con el guión que se preveía. El actual primer ministro israelí ha dado por buenos los resultados difundidos por las televisiones del país, y se ha apresurado a pronunciarse a través de su cuenta en Facebook: "Gracias por reelegirme", ha dicho. Obviamente, hoy es el día para saborear la victoria, y no será hasta mañana cuando acuse las verdaderas consecuencias de los resultados cosechados. 

Y es que la candidatura de Likud-Beitenu habría perdido más de 10 escaños en la Knéset, quedándose con 31. Netanyahu será primer ministro, pero le saldrá bastante caro. Todo apunta a que tratará de formar coalición con el experiodista Yair Lapid, que ha sido la verdadera sorpresa de las elecciones, arrebatándole el título a Naftali Bennett. El partido de centro, creado en las redes sociales hace poco más de un año, se ha convertido en la segunda fuerza política, en contra de lo que anticipaban las encuestas. 

"Los ciudadanos de Israel han dicho no a la política del miedo y el odio, no al radicalismo y a la anti-democracia" ha dicho Lapid en su primera comparecencia pública tras el cierre de los colegios. "Esta noche ha recaído sobre nuestros hombros una gran responsabilidad".

Pero aún están muchas cosas por decidirse y sigue siendo temprano para saber con qué formaciones podrá pactar Netanyahu. Por el momento, los sondeos reflejan un virtual empate entre el bloque de derecha (entre 61 y 64 escaños) y el de las formaciones de centro izquierda, que es difícil que se mantenga cuando se complete el escrutinio. 

La minoría árabe es la gran perdedora de la noche, viendo reducida su presencia en el Parlamento. El Partido Laborista no sale tan mal parado como se preveía, y aunque se convierte en tercera fuerza, logra 17 escaños. 

Pero, sin duda, la mayor frustración la acumula Habait Hayehudí, que acariciaba la idea de proclamarse segunda fuerza y llegar, incluso, a gobernar con Netanyahu. Aunque bajo el liderazgo de Bennett ha dado un fuerte empuje al partido (aumentaría hasta los 12 escaños), el antiguo representante de los colonos puede despedirse de su idea de ser "el segundo" de Netanyahu. 

Por detrás, se situaría el partido ultraortodoxo sefardí Shas, con entre 12 y 13 escaños, y, ya más alejados, la formación de nueva creación Hatnúa, de la exjefa de la oposición Tzipi Livi, con 7 diputados, y el partido pacifista de izquierdas Meretz, con otros siete.