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El Patriarca de Babilonia de los Caldeos considera que una intervención militar occidental en Siria sería una catástrofe
El Parlamento británico rechaza en agosto de 2013 el plan para intervenir militarmente en Siria
El papa Francisco convoca un jornada mundial de oración y ayuno por la paz en Siria
Texto íntegro de la alocución del Papa antes del ángelus del 1 de septiembre de 2013
Los satélites fotografían una excepcional calma atmosférica, sin huracanes, tras la Jornada de Oración y Ayuno convocada por el papa el 7 de septiembre de 2013

Tras la jornada de ayuno y oración por intercesión de la Reina de la Paz, se frustra el ataque decidido por Obama sobre Siria en septiembre de 2013

Tras la jornada de ayuno y oración por intercesión de la Reina de la Paz, Ella ha hecho encaje de bolillos con la diplomacia que ha inspirado a las cancillerías: el desliz de Kerry, su inmediato aprovechamiento por Lavrov para tomarle la palabra, como si fuese una exigencia de paz al régimen de Siria, la acogida de esta exigencia de paz por Al Muallem como agarrarse a un clavo ardiendo para no caer bajo las bombas del complejo industrial militar norteamericano, el ofrecimiento de Ban Ki Moon para presentar e instrumentalizar el caso inmediatamente al Consejo de Seguridad. El presidente galo Hollande se ve obligado a renunciar a su belicismo, el premier Cameron, ya maniatado por su Parlamento, ve con alivio que no está sólo fuera de la guerra y el propio Obama se ve obligado a renunciar al ataque por esta vez.

Y el primero que recibe la inspiración es el propio papa Francisco que al día siguiente de la jornada de oración, en las palabras que dirige al mundo en el rezo del Ángelus, desvela un poco la motivación del plan de ataque frustrado, que es la venta de armas y de otros suministros a los gobiernos que preparan el ataque y la venta ilegal de armas a los insurrectos de Siria:

“¿De qué sirve declarar la guerra, tantas guerras, si tú no eres capaz de declarar esta guerra profunda contra el mal? No sirve para nada. No funciona... Esto comporta, entre otras cosas, esta guerra contra el mal comporta decir no al odio fratricida y a los engaños de los que se sirve; decir no a la violencia en todas sus formas; decir no a la proliferación de las armas y a su comercio ilegal. ¡Hay tanto de esto! ¡Hay tanto de esto! Y siempre permanece la duda: esta guerra de allá, esta otra de allí —porque por todos lados hay guerras— ¿es de verdad una guerra por problemas o es una guerra comercial para vender estas armas en el comercio ilegal? Estos son los enemigos que hay que combatir, unidos y con coherencia, no siguiendo otros intereses si no son los de la paz y del bien común. ”.
(Francisco, 8.09.2013).

Los periódicos expresaban lo inesperado de la frustración del ataque tras la jornada de ayuno y oración:

Algo nacido de un error, hablando hipotéticamente y de forma retórica

Un afortunado desliz

De repente y por casualidad Obama acepta sopesar la propuesta rusa de una posible solución negociada y pide al Congreso aplazar la votación del ataque

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Obama relega el ataque a Siria para negociar una salida diplomática

EL PAÍS Washington, martes, 10 SEP 2013 - 19:39 CET

Tratando de salvar una estrategia que hace aguas, Barack Obama ha relegado sus planes militares en Siria a cambio del debate en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de una resolución, respaldada también por Francia y el Reino Unido, para obligar al régimen de Bachar el Asad a entregar y desmantelar su arsenal químico. Con esto, no solo deja de tener sentido la votación que estaba pendiente en el Congreso norteamericano, sino que pierde valor su discurso de esta noche a la nación y, quizá, quede en entredicho cualquier otra medida de fuerza que pueda anunciarse en el futuro.

Probablemente influido por el riesgo más que alto de ser derrotado en el Capitolio y por la oposición rotunda de la opinión pública a una nueva aventura militar en Oriente Próximo, Obama, quien personalmente nunca se mostró tampoco claramente convencido de la necesidad de actuar, ha guardado temporalmente sus preparativos bélicos en un cajón para explorar una vía diplomática incierta y que puede llevar meses concretar.

El propio Obama se ha trasladado este martes, 10.09.2013, al Congreso para transmitir a senadores de ambos partidos sus nuevas prioridades. Previamente, había hablado por teléfono con el primer ministro británico, David Cameron, y con el presidente francés, François Hollande, para coordinar los movimientos en la ONU. Y más tarde lo explicaría a sus compatriotas por medio de la televisión.

En el fondo, todos respiran aliviados: Obama, porque, como él mismo confesó, fue “elegido para terminar guerras, no para empezarlas”, el Congreso se libra de un voto muy comprometedor, tanto para demócratas como para republicanos, Hollande y Cameron hacen algo más cómoda su posición en casa, y los norteamericanos ven alejarse una guerra que no quieren. Lo que no está claro es qué repercusiones tendrá esto en el interior de Siria, donde se libra una guerra civil con más de 100.000 muertos, y en el crédito de la comunidad internacional, que hasta ahora creía imprescindible responder al uso de armas químicas por parte de Asad.

Si esa iniciativa sale adelante,  sería la primera vez que el Consejo de Seguridad aprobase la posibilidad del uso de la fuerza en Siria

La salida que se busca nació de un comentario accidental hecho por el secretario de Estado, John Kerry, el lunes sobre la posibilidad de parar el ataque previsto si el régimen sirio entregaba todo su arsenal químico. Aunque Kerry concluyó su frase con la advertencia de que “esto no puede hacerse, obviamente”, Rusia convirtió esa idea en una propuesta formal y el Gobierno sirio la aceptó ayer, oficial pero vagamente.

El siguiente paso ha sido el de poner en marcha en Nueva York un proyecto de resolución de los tres países que antes apoyaban la intervención militar en la que se pedirá la entrega de las armas químicas para su destrucción, la autorización a un equipo de inspectores internacionales para monitorear ese proceso y la aprobación de medidas de represalia en el caso de que Siria no cumpliese con ese compromiso.

Si esa iniciativa sale adelante, para lo que Rusia, que tiene derecho de veto, tendría que permitirlo, sería la primera vez que el Consejo de Seguridad aprobase la posibilidad del uso de la fuerza en Siria. Sin embargo, crecida por sus éxitos recientes, Rusia puede intentar, como parece deducirse de las primeras reacciones en Moscú, que la resolución en la ONU se apruebe sin incluir represalias. Seguramente, será necesaria una difícil negociación en los próximos días para resolver esas diferencias, si es que se consigue.

En todo caso, si la resolución progresa, se abriría un proceso de inspección en Siria que podría ser muy largo y difícil de verificar, sobre todo en un país que se encuentra en estado de guerra. La identificación, catalogación y destrucción de las armas químicas en Siria, cuando menos, no sería cosa de unas pocas semanas.

Para reforzar su posición y cambiar la dinámica actual en el Congreso, la Casa Blanca está negociando con un grupo de senadores la modificación de la resolución que la semana pasada surgió del comité de Relaciones Exteriores del Senado sobre la autorización de una intervención militar. Ahora, esa autorización estaría condicionada al desarrollo de los acontecimientos en la ONU.

Con este movimiento, Obama confía en disponer de mayor apoyo tanto en el Capitolio como entre la opinión pública. Algo que no está garantizado, dado el desconcierto que actualmente existe sobre las intenciones y la voluntad de la Administración.

Formalmente, el Gobierno no renuncia a sus planes militares, simplemente los retrasa. De hecho, la Casa Blanca insiste en que ha sido precisamente la amenaza de un ataque la que ha obligado a Rusia y a Siria a introducir su propuesta. Kerry dijo este martes en el Senado que “la opción sobre el uso de la fuerza en absoluto debe de ser retirada de la mesa”. Un portavoz del principal grupo de la oposición siria declaró en Washington que los rusos no merecen confianza y que EE UU debe de seguir adelante con su proyecto de ataque.

Pero ahora el ataque está claramente en el alero. Incluso si fracasan las gestiones en la ONU y queda patente que Rusia y Siria no estaban dispuestos a firmar un compromiso sobre la propuesta ofrecida de palabra, Obama se volverá a encontrar ante la mismo situación de ayer: obtener respaldo del Congreso y de los ciudadanos.

Sólo un líder de una enorme autoridad puede sortear todos esos obstáculos, y Obama no lo es. Es debatible si este último regate diplomático puede darle más credibilidad, pero de momento la mitad de la población no aprueba su gestión de la política exterior y sus cotas de popularidad están en bajos históricos.

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De repente y por casualidad Obama acepta sopesar la propuesta rusa de una posible solución negociada

EL PAÍS Washington 9 SEP 2013 - 21:09 CET

En una significativa corrección del tono bélico empleado en los últimos días, Barack Obama declaró este lunes que está dispuesto a “considerar seriamente” una propuesta de Rusia, surgida accidentalmente en una jornada de verdadero caos diplomático, para que Siria ponga bajo control de la comunidad internacional su arsenal químico a cambio de que Estados Unidos renuncie a atacar ese país. Como primera consecuencia de este repentino cambio de posición, el Senado aplazó la votación que tenía previsto celebrar este miércoles sobre la autorización del ataque.

Aunque el presidente norteamericano añadió que, para que esa iniciativa pueda tener éxito, es preciso mantener la actual presión militar, sus palabras parecían ir bastante más lejos del escepticismo con el que la idea había sido inicialmente recibida en Washington.

En declaraciones a seis diferentes canales de la televisión estadounidense, Obama comentó que sigue adelante con su plan de dirigirse hoy martes a la nación y de solicitar al Congreso autorización para una “limitada” intervención militar en Siria. Pero, por primera vez desde el inicio de esta crisis, admitió la posibilidad de una solución negociada. “Si podemos hacerlo sin recurrir al uso de la fuerza, yo lo prefiero”, dijo el presidente a la CNN. Advirtió, no obstante, de que la propuesta rusa no será fácil de concretar y adelantó que uno de los problemas será el de “cómo vamos a estar seguro de que podemos verificar” que Siria, en efecto, ha entregado todo su arsenal militar.

Con esas precauciones, de repente y por casualidad –puesto que todo esto nace de un error cometido por el secretario de Estado, John Kerry en su conferencia de prensa en Londres-, ha surgido una vía de diálogo con Siria que Obama parece dispuesto a explorar, a pesar de sus repetidas declaraciones en días pasados de que el ataque con armas químicas perpetrado por el régimen sirio el 21 de agosto pasado no puede quedar sin respuesta. Obama calificó la propuesta rusa de “potencialmente positiva”. Unas horas antes, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton adelantó, después una conversación con el presidente, que “si Asad renuncia a todas sus armas químicas de forma inmediata, sería un paso importante”.

La decisión del líder demócrata en el Senado, Harry Reid, de posponer la votación en esa cámara refleja la confusión que en este momento se vive en Washington. Al comienzo de una semana crucial para su estrategia en Siria, cuando más convicción debía mostrar la Administración de que sus planes son los correctos, una tremenda pifia del secretario de Estado, John Kerry, provocó la confusión general sobre las verdaderas intenciones de EE UU y obligó a los portavoces del Gobierno a corregir malamente un descalabro que hará aún más difícil la posición de Obama ante la opinión pública y en el Congreso, donde no tiene aún los votos que le den luz verde.

Respondiendo a una pregunta, durante una rueda de prensa en Londres, sobre si hay algo que el régimen de Asad puede hacer todavía para impedir una intervención militar, Kerry contestó: “Por supuesto, podría entregar hasta el último pedazo de sus armas químicas a la comunidad internacional en la próxima semana. Entregarlo todo, sin dilación y permitiendo un recuento completo”.

Aunque inmediatamente añadió que “eso no va a ocurrir, no puede hacerse, obviamente”, ya había sido puesta en circulación la pista a la que, rápidamente, se apuntaron otros. Todo indica que no era esa la intención de Kerry. Todavía en Londres, los asesores de Kerry aclararon a los periodistas que la mención de su jefe había sido “retórica” e improvisada. Posteriormente, en Washington, el Departamento de Estado insistió en que el secretario “estaba aludiendo de forma retórica a algo que creemos muy improbable que ocurra”. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, sostuvo que Kerry había hablado “hipotéticamente”.

En cualquier caso, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, no perdió tiempo en convocar de urgencia una comparencia ante la prensa para anunciar que su país estaba dispuesto a presionar a Siria para que aceptase la idea de poner su arsenal químico en manos de la comunidad internacional. El propio ministro de Exteriores sirio, Walid al-Moallem, tras una reunión con Lavrov, dio por “bienvenida” la propuesta de su aliado, aunque sin ofrecer otros detalles sobre su cumplimiento. El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, se ofreció también de inmediato a respaldar esa idea ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Todo esto dejaba a la Casa Blanca ante la misión imposible de defender su estrategia actual sin desautorizar groseramente al secretario de Estado. La fórmula encontrada fue la de concederle a la propuesta rusa el inevitable tratamiento de que “será estudiada”, pero dejando caer que no es viable ni creíble. “Llevamos más de dos años hablando de este asunto y negociando con los rusos sin ningún resultado”, recordó Carney.

Poner el arsenal químico de Siria –que se supone el mayor del mundo- bajo control de la comunidad internacional requiere la aprobación de la iniciativa en el Consejo de Seguridad, la creación de una comisión de expertos que examine, evalúe, y contabilice las armas que posee el régimen, con garantías de que ha podido acceder al arsenal completo. En un país en guerra por los cuatro costados, eso, de poder hacerse, llevaría muchos meses de trabajo. Como dijo este lunes el viceconsejero de Seguridad Nacional Tony Blinken, “la primera necesidad sería la de crear un entorno bélico completamente diferente”.

Como un testimonio involuntario del gigantesco error cometido por Kerry, mientras éste volaba desde Londres a Washington, su antecesora estaba reunida con Obama y compareció después ante la prensa para tratar de aclarar la situación. Sólo lo consiguió en parte, porque lo cierto es que, en el instante actual, ya es difícil saber si el Gobierno de EE UU quiere atacar o no quiere, y menos aún cómo quiere hacerlo. Basta como ejemplo la promesa de Kerry, en uno de los días menos afortunados de su carrera, de que la intervención será “increíblemente pequeña”.

Esas dos palabras se convirtieron en seguida en motivo de preocupación, cuando no de burla, de un Congreso en el que la Administración ya está bastante carente de credibilidad. “Increíblemente pequeño se convertirá en increíblemente ineficaz”, dijo el senador John McCain.

No es este el mejor escenario para que Obama saque adelante su causa. Todos sus asesores –incluido Kerry, según se bajaba del avión- pasarán por ambas cámaras en 48 horas para aportar nuevos datos y argumentos, una labor muy complicada en un país en el que el 59% cree que el Congreso debe decirle no al presidente.

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El secretario de Estado Kerry introduce por error dudas sobre los planes de ataque a Siria al sugerir retóricamente que el régimen sirio ponga su arsenal químico bajo control internacional

EL PAÍS Washington 9 SEP 2013 - 17:54 CET

Dos comentarios del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, han causado confusión sobre los planes de la Administración de Estados Unidos en Siria y pueden suponeR un obstáculo en el camino que prosigue hoy el presidente Barack Obama para convencer a sus ciudadanos y el Congreso de la necesidad de un ataque a Siria con una decena de entrevistas concedidas a medios de comunicación y su discurso de mañana por la noche a la nación.

Kerry declaró en una rueda de prensa en Londres junto a su colega británico, William Hague –dentro de su gira para buscar alianzas para la acción militar-, que cualquier ataque sería “increíblemente pequeño”. El jefe de la diplomacia estadounidense dijo que el ataque estaría encaminado a dañar el régimen de Asad pero sin desplegar ni un solo soldado de EE UU sobre el terreno y sería “muy limitado, muy concreto y de esfuerzo a corto plazo”.

A esta declaración que parece exponer el poco deseo que la Administración demócrata tiene de implicarse en un nuevo conflicto bélico, se unió otro comentario del secretario de Estado que introdujo un nuevo elemento en el debate y abrió una nueva puerta de negociación en la crisis que ya se extiende por más de dos años y medio.

A la pregunta de un periodista en Londres sobre si había algo que Damasco podía hacer para evitar un ataque militar, Kerry respondió: “Seguro que sí, podría entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima –entregarlas todas y sin retraso-, pero no lo va a hacer y además no se puede hacer”, finalizó el secretario de Estado.

Las palabras de Kerry fueron usadas por el Kremlin y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, convocó una rueda de prensa para anunciar que Rusia había pedido a Siria que pusiera su arsenal químico bajo control internacional para su posterior destrucción y que estaba a la espera de una respuesta por parte del régimen sirio.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, anunciaba que estudiaba pedir al Consejo de Seguridad que instara a Siria a reunir en un lugar seguro las armas químicas para que puedan ser destruidas de forma segura.

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Rusia propone a Siria poner sus arsenales de armas químicas bajo control internacional y Damasco acepta para desactivar un ataque militar norteamericano

EL PAÍS Moscú 9 SEP 2013 - 20:03 CET


El ministro ruso de Exteriores, Gergey Lavrov, hoy, 9.09.2013, en Moscú. / Alexander Zemlianichenko (AP)

Siria aprueba la propuesta de Rusia de poner sus arsenales de armas químicas bajo control internacional, según dijo el jefe de la diplomacia de Damasco Walid Muallem, ayer en Moscú. El ministro se había entrevistado antes con su colega ruso Serguéi Lavrov, quien, con un hábil gesto, supo transformar una frase retórica del secretario de Estado norteamericano John Kerry en una iniciativa en toda regla destinada a evitar un ataque militar norteamericano sobre Siria.

Rusia ha pedido a Siria que ponga sus arsenales de armas químicas bajo control internacional, anunció Lavrov a los periodistas, que fueron convocados con carácter urgente el lunes, 9.09.2013, a las seis de la tarde en Moscú. El ministro ruso dijo haber formulado esta propuesta a su colega sirio y agregó: "No sabemos si Siria estará de acuerdo, pero si el establecimiento de control internacional sobre las armas químicas en ese país ayuda a evitar ataques, nosotros nos ponemos a trabajar con Damasco".

"Exhortamos a los dirigentes sirios a ponerse de acuerdo no solo para poner los arsenales de armas químicas bajo control internacional, sino también para destruirlos a continuación y también para incorporarse plenamente a la Organización de Prohibición de Armas Químicas", subrayó Lavrov, quien dijo esperar una respuesta rápida y positiva de los sirios. Mientras tanto, funcionarios de Exteriores aprovecharon la breve aparición de Lavrov ante la prensa para animar a los periodistas a acudir a una cita con Muallem en el hotel donde éste se alojaba en Moscú.

El desplazamiento no fue en vano, porque el representante sirio se abrazó al salvavidas que le tendía Lavrov. "Siria acoge positivamente la iniciativa rusa en nombre de la preocupación de los dirigentes sirios por la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país", dijo Muallem, que elogió la "sabiduría de los dirigentes rusos que intentan evitar la agresión norteamericana contra nuestro pueblo".

La iniciativa de Lavrov tuvo su origen en unas declaraciones del secretario de Estado norteamericano John Kerry, quien, en respuesta a una pregunta, había dicho que el presidente Bashar el Asad puede evitar un ataque militar si entrega las armas químicas. Aunque Kerry dio por sentado que Asad no iba a aceptar tal planteamiento, Moscú decidió probar suerte y, tomándose en serio las palabras del norteamericano, trasmitió a los sirios el mensaje que, como mínimo, puede permitirles ganar tiempo.

No es la primera vez que los dirigentes rusos confrontan a los políticos estadounidenses con sus propias aseveraciones y les obliga a rectificar o a admitir el carácter retórico de palabras destinadas a crear una opinión pública favorable a los argumentos de Washington. Moscú obligó al Pentágono a desdecirse cuando el jefe de aquel departamento aludió a una supuesta procedencia rusa de las armas químicas sirias. Rusia, que ha suministrado armamento al régimen sirio, continuará ayudándolo en el futuro, según manifestó Putin el viernes, 6.09.2013, en la cumbre del G-20 en San Petersburgo. El ministro Muallem trasmitió a Lavrov el agradecimiento de Bashar el Asad por la postura rusa en aquel foro.

En la cumbre del G-20, el presidente Putin y su colega norteamericano Barack Obama mantuvieron una conversación de 20 minutos sobre Siria en la que constataron de nuevo sus diferencias. Obama considera que el régimen es culpable de haber utilizado armas químicas contra la población civil el 21 de agosto pasado en las afueras de Damasco. Putin, por su parte, cree que se trata de una provocación organizada por los rebeldes.

Lavrov dijo que Rusia considera la posibilidad de mantener conversaciones sobre Siria en Moscú en el marco de la conferencia Ginebra-2, una iniciativa conjunta ruso-norteamericana que se encuentra estancada. Un ataque militar contra Siria provocaría la retirada de Damasco del proceso de Ginebra, advirtió Muallem.

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El presidente pide al Congreso aplazar la votación del ataque

EL PAÍS Washington 11 SEP 2013 - 03:23 CET

Las palabras que dirigió a la nación no eran las que planeaba pronunciar 48 horas antes de producirse. La dinámica puesta en marcha que daba prioridad a los esfuerzos diplomáticos provocó que Barack Obama se limitara a explicar el deber moral que considera que tiene Estados Unidos de responder al uso de armas químicas por parte del régimen de Bachar Al Asad.

“Nuestros ideales y nuestros principios están en juego”, dijo el mandatario desde la Sala Este de la Casa Blanca, lugar elegido para el discurso en lugar del despacho Oval, que hubiera sido el escenario para anunciar un ataque. Exponiendo que la falta de reacción a un ataque que viola las leyes internacionales y es un crimen contra la humanidad supone sin duda una amenaza para la seguridad nacional norteamericana, el mandatario ha admitido que “la carga del liderazgo puede ser muy pesada” pero que no se pueden ignorar las atrocidades cometidas por los tiranos.

El premio Nobel de la Paz ha dicho que EEUU ha sido durante más de siete décadas “el ancla de la seguridad global” y se ha preguntado en qué mundo viviríamos si eligiéramos mirar “hacia otro lado”. Respondiendo a aquellos que definen, o incluso acusan, a EEUU de ser la policía del mundo, Obama ha rechazado la etiqueta y ha explicado que en el planeta pasan cosas terribles cada día en las que no se pude intervenir pero que con “un esfuerzo modesto” se puede prevenir que se gasee a niños inocentes. “Por eso creo que hay que actuar”, ha sentenciado el presidente defendiendo la necesidad de un ataque aunque matizando que ha pedido al Congreso que retrase el voto para dejar trabajar a la diplomaci tras los nuevos acontecimientos.

El presidente que fue elegido para poner fin a dos contiendas dijo entonces preferir una solución pacífica y quedar a la espera de saber si la oferta rusa –que ha dado un giro total a la crisis Siria- da resultado, aunque dijo que era pronto para saber si tendrá éxito.

A renglón seguido, Obama ha dicho sin embargo que ha solicitado al Ejército que “permanezca en la posición actual para mantener la presión sobre Asad” y poder responder de inmediato si la situación lo requiere. De hecho, Obama recalcó que el régimen de Damasco sólo había reaccionado cuando hubo una amenaza real en el horizonte. “Cuando los dictadores cometen atrocidades cuentan con que el mundo mire para otro lado”, ha manifestado en su discurso de apenas 15 minutos. “La pregunta es qué va a hacer EEUU”, ha insistido.

“Si no actuamos, el régimen de Asad no encontrará límite para poder volver a usar sus armas químicas”, armas que tras negar su existencia parece ahora reconocer que son reales al aceptar el plan de Moscú de ponerlas a disposición de la comunidad internacional.

El presidente ha contado que el objetivo de la acción militar contra Siria que reclama es debilitar “el poder militar de Asad y asegurarnos que no vuelve a emplear armas químicas”. Obama ha explicado que dado que no existe una amenaza directa contra EEUU, ha considerado correcto preguntar al Congreso, a pesar de que como Comandante en Jefe puede dar la orden de lanzar ese ataque.

Obama ha querido dejar su posición clara y ha usado un discurso que debía de haber sido de tono bélico para explicar, una vez más, los antecedentes que le llevaron a tomar la decisión de pasar a la ofensiva -tras intentar otras vías-. Declarándose sabedor de que los norteamericanos no quieren entrar en más guerras, Obama ha garantizado que no enviará ni un solo soldado sobre el terreno a Siria. Pero para el presidente fue imposible obviar lo que sucedió el pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco, cuando más de 1.400 personas –entre ellas 400 niños- murieron como consecuencia del uso de un gas, probablemente sarín.

“Nadie pone en duda que se emplearan armas químicas en Siria. Las imágenes de la masacre son impactantes. Hombres, mujeres y niños alineados en el suelo, asesinados por el gas, echando espuma por la boca, padres implorando a sus hijos que se levanten y anden” mientras yacen muertos.

El presidente ha actuado según le dictaba el nuevo guión, ese que se acaba de escribir con la diplomacia de protagonista y Rusia de estrella invitada, a pesar de los dos años y medio de parálisis que han costado la vida a más de 100.000 personas y dejado seis millones de sirios desplazados. Debido a ello, Obama ha manifestado su apoyo –no ha dicho por cuánto tiempo, ni se ha hablado de plazos- a una opción negociada. Pero ha dejado claro que “un ataque específico y limitado puede mandar un mensaje muy claro a Asad”. Además, el presidente ha querido tranquilizar a la opinión pública –opuesta a un ataque en su mayoría- y ha dicho que ni Asad ni sus aliados “tienen capacidad para amenazar a nuestro ejército".

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Obama se compromete a buscar un acuerdo en la ONU. Dice que es consciente de que tras Irak y Afganistán otra guerra sería impopular

INFORMATIVOS TELECINCO. EUROPA PRESS | WASHINGTON 11.09.13 | 03:09h.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha comprometido a trabajar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para llegar a un acuerdo que permita poner bajo custodia internacional y destruir el arsenal de armas químicas del Gobierno sirio, pero ha insistido en llevar a cabo una intervención militar "limitada", sin tropas sobre el terreno, si la vía diplomática fracasa.

"No voya a poner efectivos militares en Siria ni a llevar a cabo una operación de tiempo indefinido como lo que ha ocurrido en Irak o Afganistán, ni a continuar una campaña aérea prolongada como ocurrió en Kosovo o Libia. Sería un ataque con objetivos claros para disuadir el uso de armas químicas y degradar la capacidad del régimen de Al Assad" dijo esta noche Obama en un discurso dirigido a la nación.

El presidente también señaló que no cree que "debamos derrocar a otro dictador por la fuerza; aprendimos de Irak que eso nos hace responsables por lo que ocurre después, pero un ataque limitado puede hacer que Assad o cualquier otro dictador se lo piense muy bien antes de usar armas químicas", destacó Obama, quien aseguró que como mucha otra gente, está de acuerdo en que EEUU "no debe ser el policía del mundo" y dijo tener una "preferencia profunda por una solución pacífica".

En un discurso dirigido a la nación, Obama ha explicado que, después de dos años y medio, en los que Estados Unidos se ha limitado a las protestas pacíficas porque "no puede resolver todas las guerras civiles ajenas", "la situación cambió profundamente el 21 de agosto, cuando Al Assad gaseó a un millar de personas, incluidos cientos de niños".

"Las imágenes de esa masacre son nauseabundas. Después de esa terrible noche el mundo vio con un espantoso detalle la naturaleza de las armas químicas y por qué la mayoría de la humanidad las ha declarado fuera de los limites", ha recordado.

Obama ha considerado que "desde entonces ya nadie duda de que se han usado armas químicas en Siria" y ha sostenido que "el régimen de Bashar Al Assad es el responsable".

"Sabemos que el régimen de Al Assad se preparó para el ataque. Repartió máscaras antigás a sus tropas y lanzó cohetes desde una zona bajo su control contra otra de la que estaba intentando echar a la oposición. Cuando los cohetes cayeron el gas se extendió y los hospitales se llenaron con los muertos y heridos. Hemos estudiado sus muestras de sangre y pelo y han dado positivo en gas sarín", ha detallado.

"Cuando los dictadores comenten atrocidades, dependen de que el mundo mire hacia otro lado hasta que esas terribles imágenes se vayan de su memoria, pero esas cosas han ocurrido. Los hechos no pueden negarse. Ahora la cuestión es qué van a hacer Estados Unidos y la comunidad internacional", ha planteado.

Obama ha abogado por actuar, argumentando que "no solo se trata de una violación del Derecho Internacional, y de nuestro sentido de humanidad, sino de una amenaza para nuestra seguridad" porque, si no hay respuesta, "el régimen de al Assad no tendrá ninguna razón para dejar de usar armas químicas".

A este respecto ha añadido que, "si la prohibición de usar armas químicas pierde fuerza, otros tiranos no tendrán motivos para pensárselo dos veces, por lo que nuestras tropas tendrán que temer un ataque químico en el campo de batalla, y será más fácil para las organizaciones terroristas adquirirlas y usarlas contra civiles".  

En la misma línea, ha alertado de que, "si con ello se debilita también la prohibición de usar otras armas de destrucción masiva, animará a los aliados de Al Assad, como Irán, que podrían construir un arma nuclear" y supondrá "una amenaza para países como Israel, Turquía y Jordania".

INTERVENCIÓN "LIMITADA"

Obama ha aclarado que "el objetivo de este ataque sería degradar la capacidad del régimen de Al Assad de usar armas químicas y disuadirle de seguir usándolas". "Enviaríamos el claro mensaje de que el mundo no va a tolerarlo", ha subrayado.

En concreto, ha prometido que no pondrá tropas estadounidenses sobre terreno sirio. "No pretendo llegar a un conflicto abierto, como en Irak o Afganistán. No pretendo una campaña aérea prolongada, como en Libia o Kosovo", ha insistido.

Obama ha hecho hincapié en que el objetivo no es derrocar a Al Assad. "No creo que debamos quitar a un dictador por la fuerza. Ya hemos aprendido de Irak que eso nos hace responsables de todo lo que suceda después", ha recordado.

Además, ha restado importancia a las amenazas de represalia de Al Assad. "No tiene capacidad para amenazarnos seriamente y ni él ni ninguno de sus aliados está interesado en empezar una escalada que pueda llevar a su derrota", ha indicado.

Obama también ha querido salir al paso de las críticas por pretender que Estados Unidos sea "la policía del mundo". "No lo somos, es cierto. Todos los días pasan cosas terribles y está más allá de nuestras manos impedirlo, pero cuando con un modesto esfuerzo podemos impedir que haya niños gaseados hasta la muerte, creo que deberíamos actuar. Eso es lo que hace a Estados Unidos diferente, excepcional", ha sostenido.

VÍA DIPLOMÁTICA

Sin embargo, se ha mostrado consciente de que, "después del terrible balance de Irak y Afganistán, la idea de una acción militar, independientemente de cuánto se limite, no va a ser popular". "Sé que los estadounidenses nos quieren a todos en Washington, especialmente a mí, para centrarnos en construir una nación desde casa", ha señalado.

Obama ha aseverado que se inclina "profundamente" hacia las soluciones pacíficas y que, por ello, ha decidido, junto a Reino Unido y Francia, "trabajar, en contacto directo con Rusia y China, para sacar adelante una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigiendo a Al Assad que entregue sus armas químicas y que, en último término, las destruya bajo control internacional".

Con esa intención, ha revelado que ha ordenado al secretario de Estado, Jonh Kerry, que se reúna el próximo jueves con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, mientras que, por su parte, seguirá las "discusiones" con el presidente ruso, Vladirmir Putin.

"Aunque es demasiado pronto para saber si esta iniciativa tendrá éxito, por lo que cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Al Assad mantiene su compromiso, tiene el potencial de eliminar la amenaza de las armas químicas sin la fuerza", ha valorado.

Así, ha reiterado su petición al Congreso estadounidense para que posponga la votación que pretendía llevar a cabo esta semana para autorizar al Gobierno a intervenir militarmente en Siria "mientras buscamos esta vía diplomática".

A pesar de todo ello, ha indicado que, entretanto, ha ordenado a los militares estadounidenses "que mantengan sus posiciones actuales para mantener la presión sobre Al Assad y para responder, si la diplomacia falla".

LA AMENAZA DEL EXTREMISMO

Por otro lado, ha respondido a las preguntas planteadas por congresistas y ciudadanos sobre el escenario que surgiría tras una eventual caída de Al Assad y, en concreto, sobre las posibilidades de expansión del 'yihadismo'.

"Es cierto que algunos de los opositores a Al Assad son extremistas, pero Al Qaeda solamente se hará fuerte en una sociedad aún más caótica, que será una realidad si el pueblo sirio ve que el mundo no hace nada para evitar la muerte de civiles inocentes", ha contestado.

Obama ha sostenido que "la mayoría del pueblo sirio --y de la oposición siria-- simplemente quiere vivir en paz, con libertad y dignidad". "Y el día después de la acción militar redoblaremos nuestros esfuerzos para alcanzar una solución política que fortalezca a quienes rechazan la tiranía y el extremismo", ha concluido.

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Obama tiende la mano a Rusia y pide al Congreso que posponga el voto sobre su ataque en Siria

DN EFE. WASHINGTON (EE UU) 11/09/2013 a las 07:48

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tendió la mano a la diplomacia al pedir al Congreso que posponga el voto sobre un ataque contra Siria para evaluar la propuesta rusa encaminada a la destrucción del arsenal químico de Damasco, pero reiteró que es necesario actuar y pidió a sus Fuerzas Armadas estar preparadas.

En un discurso televisado a la nación desde la Sala Este de la Casa Blanca y de poco más de 15 minutos, Obama admitió que los estadounidenses están "cansados" tras una "década de guerra" en Irak y Afganistán, y también aclaró que Estados Unidos "no es la policía del mundo".

"Pero cuando, con modesto esfuerzo y riesgo, podemos lograr que los niños dejen de ser gaseados hasta la muerte y poner a nuestros propios hijos más seguros a largo plazo, creo que debemos actuar (...) Eso es lo que nos hace excepcionales", destacó también Obama.

Estados Unidos sostiene que el régimen de Bachar Al Asad fue el responsable del ataque con armas químicas en las afueras de Damasco del pasado 21 de agosto y, en represalia, Obama ha decidido responder con una acción militar "limitada" contra Siria, aunque ha pedido la autorización del Congreso para ello.

Obama reiteró que no va a enviar tropas a ese país y que no busca una campaña bélica de largo alcance como las de Irak y Afganistán, ni siquiera una serie de bombardeos prolongada, como en Kosovo o Libia.

"Sería un golpe dirigido a lograr un objetivo claro: disuadir del uso de armas químicas y degradar las capacidades de Asad", enfatizó el mandatario.

Un ataque "limitado puede hacer que Asad, o cualquier otro dictador, se lo piensen dos veces antes de usar armas químicas", insistió Obama.

"Si no actuamos, el régimen de Asad no verá razones para dejar de usar armas químicas", sostuvo Obama, para quien la utilización de este tipo de armamento supone una violación de las normas internacionales y representa una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, sus tropas en Oriente Medio, y de aliados como Israel.

A la vez que insistió en la necesidad de actuar, Obama dejó clara su preferencia "profundamente arraigada" por soluciones pacíficas y aludió a los "signos alentadores" de los últimos días, motivados a su juicio por la "amenaza creíble" de un ataque de Estados Unidos y por "conversaciones constructivas" con su homólogo ruso, Vladímir Putin.

El presidente consideró que es "demasiado pronto" para determinar si dará resultado la propuesta rusa para que el régimen sirio ceda el control de su arsenal químico a la comunidad internacional.

"Pero esta iniciativa tiene el potencial de eliminar la amenaza de las armas químicas sin el uso de la fuerza, particularmente porque Rusia es uno de los más firmes aliados de Asad", subrayó.

Por ello, "he pedido a los líderes del Congreso que pospongan el voto para autorizar el uso de la fuerza mientras perseguimos la vía diplomática", declaró Obama.

El mandatario adelantó que su secretario de Estado, John Kerry, se reunirá este jueves en Ginebra con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, y que él continuará conversando al respecto con Putin.

Además, agregó que tras haber hablado con Francia y el Reino Unido, Estados Unidos trabajará estrechamente con ellos y con Rusia y China para tramitar una resolución ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que obligue a Asad a desarmarse.

"También daremos a los inspectores de las Naciones Unidas la oportunidad de informar de sus conclusiones sobre lo que ocurrió el 21 de agosto", anotó Obama.

No obstante, enfatizó que ha pedido a sus Fuerzas Armadas que mantengan la "presión" contra el régimen de Asad y que continúen preparadas para "responder" si finalmente se lanza el ataque contra Siria.

"Las Fuerzas Armadas estadounidenses no se andan con medias tintas. Incluso un ataque limitado enviará a Asad un mensaje que ninguna otra nación puede dar", advirtió Obama, quien comentó también que el régimen sirio "no tiene la capacidad" de poner "en grave peligro" a Estados Unidos si decide tomar represalias.

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Obama da marcha atrás a su guerra de Siria y abre una vía diplomática aceptando examinar en la ONU la propuesta rusa sobre el desarme de Assad

LD 2013-09-10

El presidente de EEUU concedía este lunes, 9.09.2013, seis entrevistas a sendos medios de comunicación, con el objetivo de explicar un ataque a Siria que se creía inminente. Un despliegue informativo sin precedentes desde la campaña presidencial, que arrancaba una semana clave en el conflicto: el miércoles, 11.09.2013, el pleno del Senado votaría para consolidar la resolución de intervención militar y el Congreso aprobaría o rechazaría la propuesta con "urgencia" el viernes, 13.09.2013. Barack Obama estaría en PBS, Fox News, CNN, NBC y CBS para convencer a una opinión pública recelosa de la necesidad del ataque, y John Kerry haría una "gira europea" exprés para recabar apoyos internacionales.

Pero los acontecimientos previos a la entrevista cambiaron completamente el panorama para Obama. Horas antes, John Kerry cometió un desliz en la rueda de prensa que sucedió a su reunión con William Hague, y abrió una puerta al régimen de Bashar Al Asad. El secretario de Estado contestó, en lo que parecía un tono retórico, que "sólo" había una oportunidad de que Damasco evitara el ataque: "Podría entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima –entregarlas todas y sin retraso-, pero no lo va a hacer y además no se puede hacer", dijo, desafiante. El Departamento de Estado trató de matizar a Kerry y señalar que aquello no era "una propuesta formal", sino una forma de referirse a la "improbabilidad" de que Al Asad entregara el arsenal químico. Pero ya era tarde. Horas después, Siria aceptó la invitación de Rusia, y se mostró favorable a entregar unas armas químicas que hasta el momento, ni siquiera había admitido poseer.

Entrevista con Obama

Así las cosas, los diez minutos que el presidente estadounidense dedicó a cada cadena versaron en su mayoría sobre la propuesta siria de desarme. "Lo considero un suceso modestamente positivo", dijo a la cadena ABC. Obama dio un claro paso atrás, y reconoció que parar el ataque a Siria todavía "es posible" si la oferta de sirios y rusos "es real". El ataque quedaba en pausa, y la "solución negociada" se convertía en nueva vía: "Si podemos hacerlo sin recurrir al uso de la fuerza, yo lo prefiero", dijo Obama. En la CNN apuntó que "es lo que les hemos pedido en la última semana, en el último mes, en el último año", reconociendo que sus contactos pasados con Vládimir Putin habían ido por esos derroteros.

"Vamos a seguir esta vía diplomática", anunció en Fox News, aunque asumió que sin la inminencia del ataque militar, Bashar Al Asad nunca habría accedido al pacto propuesto por Moscú. "Es poco probable que hubiéramos llegado a este punto sin una amenaza militar creíble", dijo. Ante este giro en los acontecimientos, el Senado estadounidense -de mayoría demócrata- anunció que la votación para el ataque a Siria quedaba pospuesta. "Antes de votar, quiero asegurarme de que el presidente tiene la oportunidad de presentar su caso ante el Senado y el pueblo estadounidense", dijo el líder de la mayoría, Harry Reid.

Pero, ¿cuál es el escenario ahora? Obama no dio excesivos detalles al respecto. Aceptó la mediación de Rusia, y señaló que "en la vía diplomática" buscará "algo que sea aplicable y serio". Dirigiéndose directamente a Bashar Al Asad aseveró que "necesitamos un acuerdo político para que usted no cometa una matanza con su propio pueblo y de esa manera esté alentando a algunos elementos de la oposición a implicarse en una conducta terrible".

¿Queda descartada la intervención militar?

A pesar del evidente paso atrás, Barack Obama también dejó claro que la operación militar no queda descartada, sólo pausada. Y es que, aunque el presidente se mostró más confiado que sus portavoces en el éxito de esta "vía diplomática", reafirmó su escepticismo y desconfianza en el régimen sirio. Desde la CBS avisó que este "avance" requerirá un seguimiento, y EEUU "no aceptará una demora o una táctica dilatoria para quitar la presión". "Si no mantenemos y seguimos adelante con una amenaza creíble de una presión militar, no creo que logremos el tipo de acuerdo que nos gustaría", sentenció.

Con este cambio de postura, la votación en el Congreso también queda "pausada". Obama explicó que ahora dejará tiempo para las negociaciones internacionales y debatir sobre la nueva situación, pero se reservó la posibilidad de llevar la propuesta del ataque militar de nuevo a la Cámara si Al Asad no cumple con la entrega de material químico. Citando a Ronald Reagan, apuntó que "no es suficiente con confiar, creo que vamos a tener que verificar".

A pesar de sus explicaciones, el presidente estadounidense no pudo rehuir dos de los motivos que han forzado la marcha atrás: el escaso apoyo popular a la intervención y la posibilidad, cada vez más real, de perder la votación en el Congreso. En Fox News reconoció que "los estadounidenses tienen razón en no querer que nos enredemos en una guerra civil sectaria en el interior de Siria". La última encuesta del Washington Post revela que dos tercios de la población norteamericana rechazan una intervención militar.

La línea roja marcada por Obama queda ahora dos pasos más atrás que ayer. Este martes, en un mensaje a la Nación, el presidente explicará a los ciudadanos las razones que han llevado a ello. Sólo el tiempo dirá si ha sido un simple aplazamiento o una salida de emergencia propiciada por un conveniente desliz.

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Obama acepta examinar en la ONU la propuesta rusa sobre el desarme de Assad

LD/ Agencias 2013-09-10

Los presidentes de EEUU, Barack Obama, y Francia, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, han acordado trabajar juntos estrechamente y en consultas con Rusia y China para analizar el plan ruso que propone que Siria ceda el control de su arsenal químico a la comunidad internacional.

La Casa Blanca informó en un comunicado de que los tres dirigentes pretenden, junto con Rusia y China, "explorar seriamente la viabilidad de la propuesta rusa de colocar todas las armas químicas de Siria y materiales relacionados bajo control internacional pleno".

El objetivo de esa transferencia del control sería "asegurar la destrucción realizable y verificable" de esas armas.

La propuesta rusa se dio a conocer después de que el lunes el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijera que Damasco podía evitar una intervención militar si entregaba todo su arsenal químico en una semana, idea que fue posteriormente retomada por Rusia.

La Casa Blanca espera que las conversaciones sobre el plan ruso, que aún no ha sido detallado, comiencen hoy en Naciones Unidas y que se concreten en una propuesta conjunta de resolución en el Consejo de Seguridad.

El Reino Unido y Francia han sido el apoyo más claro de Estados Unidos para reclamar una "contundente respuesta internacional" al uso de armas químicas en Siria.

Kerry pidió hoy que la cesión del control del arsenal químico de Siria sea "rápida y verificable", y advirtió de que EE.UU. no aceptará que esta vía se convierta en una táctica dilatoria.

"Como dice el refrán 'nada concentra tanto la atención como la proximidad de la horca", añadió Kerry en una comparecencia ante un comité de la Cámara de Representantes, y advirtió de que Washington tampoco aceptará que el asunto se convierta en las Naciones Unidas en materia de interminables debates.

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Obama aplaza la votación en el Congreso y espera que Siria cumpla su compromiso de entregar sus armas químicas

LD / Agencias 2013-09-11

Durante un discurso de 15 minutos a la nación desde el Salón Este de la Casa Blanca, Barack Obama consideró que es "demasiado pronto" para determinar si dará resultado la propuesta rusa para que el régimen sirio ceda el control de su arsenal químico a la comunidad internacional, pero que es importante intentarlo.

"Es demasiado pronto para determinar si esta oferta tendrá éxito, y cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Asad cumple sus compromisos", dijo Obama. "Pero esta iniciativa", admitió, "tiene el potencial de eliminar la amenaza de las armas químicas sin el uso de la fuerza, particularmente porque Rusia es uno de los más firmes aliados de Asad".

Obama dijo que su secretario de Estado, John Kerry, se reunirá el próximo jueves con su homólogo ruso mientras él continuará sus propias discusiones sobre una salida a la crisis siria con el presidente Vladimir Putin. Agregó que, tras consultas con Francia y el Reino Unido, Estados Unidos trabajará estrechamente con Rusia y China para tramitar una resolución ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que obligue a Asad a desarmarse y a destruir esas armas químicas bajo control internacional.

En su discurso, un día después de la propuesta rusa, Obama mantuvo dos líneas fundamentales: la necesidad de mantener la presión sobre Asad con la amenaza de un posible ataque militar e intentar también la solución diplomática. Obama reconoció que la idea de un posible ataque militar "no será popular", pero insistió en que la comunidad internacional no puede permitir el futuro uso de armas químicas que, de paso, envalentone a regímenes como el de Irán y que ponga en riesgo la seguridad en Oriente Medio.

"Presión" contra el régimen sirio

Además, el presidente pidió a sus Fuerzas Armadas que mantengan la "presión" contra el régimen sirio y que continúen preparadas para "responder" ante un posible ataque militar en Siria. "Las Fuerzas Armadas estadounidenses no se andan con medias tintas. Incluso un ataque limitado enviará a Asad un mensaje que ninguna otra nación puede dar", advirtió.

Obama reiteró que no va a enviar tropas a Siria y que no busca una campaña bélica de largo alcance como las de Irak y Afganistán, ni siquiera una campaña de bombardeos prolongada, como las de Kosovo o Libia. "Sería un golpe dirigido a lograr un objetivo claro: disuadir del uso de armas químicas y degradar las capacidades de Asad", enfatizó e insistió que un ataque "limitado puede hacer que Asad, o cualquier otro dictador, se lo piensen dos veces antes de usar armas químicas".

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Siria tendrá que entregar en una semana información sobre su arsenal de armas químicas, tras el acuerdo de USA y Rusia

LD/ Agencias 2013-09-14

Siria tendrá que entregar en una semana información sobre su arsenal de armas químicas para evitar un ataque, anunció este sábado el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, al término de tres días de negociaciones sobre esta cuestión con el ministro de Asunto Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.

Según informa Efe, el régimen sirio tendrá que cooperar de forma plena con la comunidad internacional para el desmantelamiento de su arsenal de armas químicas y, de no hacerlo, se podrá emplear la fuerza, conforme el artículo 7 de la Carta de Naciones Unidas, dijo el responsable de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry. "Pero toda acción debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad" de la ONU, precisó, por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en la misma conferencia de prensa.

El jefe de la diplomacia rusa añadió que las reuniones con su homólogo estadounidense, John Kerry, transcurrieron de manera "excelente", minutos antes de que ambos ofrecieran una conferencia de prensa conjunta. Además, adelantó que su país y Estados Unidos están comprometidos con la celebración lo antes posible, probablemente en octubre, de la conferencia de paz para Siria, conocida como Ginebra II.

Lavrov y su homólogo de Estados Unidos concluyeron este sábado tres días de negociaciones en base al plan presentado por Moscú para que el régimen sirio entregue las armas químicas que posee y proceder a su destrucción total y evitar una intervención militar estadounidense.

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Obama cede ante Putin y descarta la amenaza militar contra Al Asad

LD/Agencias 2013-09-14

Estados Unidos no insistirá en incorporar al proyecto de resolución de la ONU la amenaza de una acción militar contra el régimen sirio si éste incumple su compromiso de entregar las armas químicas que posee, señalaron fuentes diplomáticas. Esto indica un cambio drástico de posición ante la presión de Rusia.

La opción militar quedará por tanto excluida del proyecto de resolución que se presentará al Consejo de Seguridad de la ONU y que quedó en suspenso a la espera del resultado de una reunión que mantienen en Ginebra los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry, y de Rusia, Sergei Lavrov. Ambos se reúnen por tercer día consecutivo para acordar las modalidades para garantizar que Siria quedará libre de armas químicas, que no las producirá y que sus existencias actuales serán destruidas de forma adecuada.

Las delegaciones de ambos países, conformadas por expertos en armas químicas, desarme y seguridad, se reunieron hasta muy entrada la noche, sin la presencia de Kerry y Lavrov, quienes volverán a reunirse por la mañana antes de ofrecer una rueda de prensa conjunta, dijeron las fuentes.

Kerry, al frente de la delegación estadounidense llegó a estas conversaciones afirmando que la crisis en Siria "no es un juego" y que el acuerdo al que esperaba llegar con su contraparte rusa debía ser completo, fiable, práctico y capaz de ser implementado en un periodo aceptable. Además, consideró como punto esencial que el acuerdo sobre la remoción de armas químicas incluyera sanciones en caso de que el régimen de Bachar El Asad, una exigencia a la que EEUU ha aceptado renunciar temporalmente.

El presidente Barack Obama mantendrá, sin embargo, la opción de ordenar una acción unilateral contra el régimen sirio, utilizando sus poderes de comandante en jefe, si éste desconoce los alcances del compromiso entre el Washington y Moscú, el mayor aliado de Al Asad en el exterior.

La utilización de armas químicas en Siria, consideradas como armamento de destrucción masiva, ha sido documentada en los últimos meses de la guerra civil que persiste en Siria. Al respecto, una comisión de inspectores de la ONU, a la que el Gobierno sirio permitió la entrada al país el pasado mes, hará público el lunes próximo su informe sobre su misión, durante la que pudo visitar distintos lugares donde se ha denunciado ataques con armas químicas.

El mayor de ellos fue el registrado el pasado 21 de agosto en la periferia de Damasco, del que Moscú acusa a los grupos armados rebeldes, mientras que Washington responsabiliza al régimen sirio sobre la base de diversas pruebas con las que dice contar.

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Siria se suma al convenio sobre armas químicas

LD/ Agencias, viernes, 2013-09-13

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aplaudió este viernes, 2013-09-13, la decisión de Siria de adherirse a la Convención Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (CIPAQ).

"Tenemos noticias de que el representante de Siria en la ONU acaba de declarar que desde este viernes el país es participante pleno de la Convención (...). Creo que debemos saludar la decisión del Gobierno sirio", dijo Putin en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái que se celebra en Biskek, según las agencias rusas.

El jefe del Kremlin expresó su esperanza de que la decisión del Gobierno de Damasco será un "paso muy importante en el camino hacia la
solución de la crisis siria".

La nueva postura de Siria que, según palabras textuales de Asad, implicaría que el país no suscribiría los documentos para la prohibición de Armas Químicas de la Convención Internacional, sino que simplemente los cumpliría, enfría la idea de un próximo ataque de la comunidad internacional.

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CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO AL PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN RUSA, VLADÍMIR PUTIN, CON OCASIÓN DE LA REUNIÓN DEL G20 DE SAN PETERSBURGO . Miércoles, 4 de septiembre de 2013

A Su Excelencia
el señor Vladimir Putin
Presidente de la Federación Rusa

En el año en curso, usted tiene el honor y la responsabilidad de presidir el Grupo de las veinte mayores economías mundiales. Soy consciente de que la Federación Rusa ha participado en tal Grupo desde su creación y ha desarrollado siempre un papel positivo en la promoción de la gobernabilidad de las finanzas mundiales, profundamente golpeadas por la crisis iniciada en 2008.

El contexto actual, altamente interdependiente, exige un marco financiero mundial, con propias reglas justas y claras, para conseguir un mundo más equitativo y solidario, en el que sea posible derrotar el hambre, ofrecer a todos un trabajo digno, una vivienda decorosa y la asistencia sanitaria necesaria. Su presidencia del G20 durante el año en curso ha asumido el empeño de consolidar la reforma de las organizaciones financieras internacionales y de llegar a un consenso sobre los estándares financieros adecuados a las circunstancias actuales. No obstante, la economía mundial podrá desarrollarse realmente en la medida en que sea capaz de permitir una vida digna a todos los seres humanos, desde los más ancianos hasta los niños aún en el seno materno, no sólo a los ciudadanos de los países miembros del G20, sino a todo habitante de la tierra, hasta quienes se encuentran en las situaciones sociales más difíciles o en los lugares más perdidos.

En esta perspectiva, parece claro que en la vida de los pueblos los conflictos armados constituyen siempre la deliberada negación de toda posible concordia internacional, creando divisiones profundas y heridas lacerantes que requieren muchos años para cicatrizar. Las guerras constituyen el rechazo práctico a comprometerse para alcanzar esas grandes metas económicas y sociales que la comunidad internacional se ha dado, como son, por ejemplo, los Millennium Development Goals. Lamentablemente, los muchos conflictos armados que aún hoy afligen el mundo nos presentan, cada día, una dramática imagen de miseria, hambre, enfermedades y muerte. En efecto, sin paz no hay ningún tipo de desarrollo económico. La violencia no lleva jamás a la paz, condición necesaria para tal desarrollo.

El encuentro de los jefes de Estado y de Gobierno de las veinte mayores economías, que representan dos tercios de la población y el 90% del PIB mundial, no tiene la seguridad internacional como su objetivo principal. Sin embargo, no podrá prescindir de reflexionar sobre la situación en Oriente Medio y en particular en Siria. Desgraciadamente, es doloroso constatar que demasiados intereses de parte han prevalecido desde que empezó el conflicto sirio, impidiendo hallar una solución que evitara la inútil masacre a la que estamos asistiendo. Que los líderes de los Estados del G20 no permanezcan inertes frente a los dramas que vive ya desde hace demasiado tiempo la querida población siria y que corren el riesgo de llevar nuevos sufrimientos a una región tan probada y necesitada de paz. A todos y cada uno de ellos dirijo un sentido llamamiento para que ayuden a encontrar caminos para superar las diversas contraposiciones y abandonen cualquier vana pretensión de una solución militar. Que haya, más bien, un nuevo empeño para perseguir, con valentía y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo concorde de la comunidad internacional. Además, es un deber moral de todos los Gobiernos del mundo favorecer toda iniciativa orientada a promover la asistencia humanitaria a quienes sufren a causa del conflicto dentro y fuera del país.

Señor presidente, esperando que estas reflexiones constituyan una válida contribución espiritual a vuestro encuentro, rezo por un resultado fructífero de los trabajos del g20. Invoco abundantes bendiciones sobre la Cumbre de San Petersburgo, sobre todos los participantes, sobre los ciudadanos de todos los Estados miembros y sobre todas las actividades y compromisos de la Presidencia Rusa del G20 en el año 2013.

Pidiéndole que rece por mí, aprovecho la ocasión para expresar, señor presidente, mis sentimientos más altos de estima.

Ciudad del Vaticano, 4 de septiembre de 2013

FRANCISCUS

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El Patriarca de Babilonia de los Caldeos considera que una intervención militar occidental en Siria sería una catástrofe

El Parlamento británico rechaza en agosto de 2013 el plan para intervenir militarmente en Siria