Educación sexual

La calidad de la enseñanza sexual

Es hora ya de mejorar la enseñanza sexual en los Institutos, porque los males causados a los alumnos por la que reciben de los Institutos de la Mujer son gravísimos y crecientes.

Con las campañas de reparto de preservativos encubiertas fraudulentamente con el nombre de educación sexual, los males de los que estamos hablando van creciendo maltusianamente, en progresión geométrica:

Las solteras que dan a luz se duplican en España entre 1994 y 2001, según el último Anuario del INE: en 1994, hubo 39.862 madres no casadas, un 10’76% del total; en 2001, 80.178 madres no casadas, el 19’73% del total.

Las que abortan son otras tantas y aumentan en la misma medida que estas campañas de preservativos: los abortos legales pasan en España en diez años de 47.832 a 79.788 (en 2003), aparte de los de la píldora abortiva, que se suministra, porque un 80% de las que la piden explican que les falló el condón (llamarle "preservativo" es una de las trampas para adolescentes), según datos de los Centros que los suministran como el Hospital de Badalona y el Hospital del Mar de Barcelona. Un psicólogo partidario del "preservativo" habla de 350.000 embarazos eliminados así cada año.

Otros males gravísimos de estas campañas son: la utilización sexual de las chicas, aunque no queden embarazadas; la educación sexual falseada; la libertad religiosa violada, porque los que eligen la asignatura de religión católica tienen derecho a que se les enseñe según la Iglesia y no según lo que quieran los profesores, en los centros "privados" y en los "públicos"; más la ofensa que es dar un preservativo, porque es en presente como se expresa el imperativo "póntelo, pónselo", desde los tiempos de Urralburu.

¿No se dan cuenta? ¿Es que les falla la estética y la sensibilidad sexual además de la ética? Pues van a evidenciar que la garantía de la calidad de la enseñanza sexual, como la de toda la enseñanza, está en su conexión con la Iglesia, en la medida en que se realice, sea en los centros gubernamentales o en los sociales. Y van a conseguir que los que no quieran que se les den condones falsamente preservativos a sus hijos los lleven a los centros donde no les sometan a ese peligro.

Todos estos males hacen que sea preferible afrontar el mobbing que el silencio cómplice.

José Manuel Zubicoa Bayón,

Catedrático Jefe del Departamento de Ciencias Sociales del Instituto Basoko.

Pamplona, 2 de junio de 2005