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En el 6º centenario del nacimiento de fray Tomás de Torquemada, nacido el 14.10.1420
[Ciertamente siguen siendo inquisidores, ya poco o nada católicos, los sucesores de los familiares de la
Inquisición, institución que fue una distorsión en la religión cristiana por el cesarismo renacentista, y esta distorsión es mucho mayor sobre el alma descristianizada de Occidente y de todo el mundo actual].

«Católicos progres» contra la libertad religiosa en EE.UU

Francisco de Andrés. ABC 15.10.2020 https://www.abc.es/internacional/abci-catolicos-progre-contra-libertad-religiosa-eeuu-202010150117_noticia.html

Los tres días de interrogatorio a que ha sido sometida la candidata al Supremo, la juez Barrett, pueden ser considerados -a tenor de lo visto y oído- como tres jornadas de fuego artillero de la oposición demócrata norteamericana contra uno de los pilares de la Constitución de los Estados Unidos: la libertad religiosa. Las insistentes preguntas de los zelotes del partido sobre las creencias religiosas de la magistrada, insinuando por activa y por pasiva que influirán en su trabajo profesional en el máximo tribunal, fueron un atropello flagrante de la Carta Magna. La Primera Enmienda consagra la libertad de religión y prohíbe al poder político cualquier tipo de legislación o cortapisa en materia de conciencia.

La animadversión del partido opositor norteamericano hacia el catolicismo practicante de Barrett contiene varias ironías. La primera, que parece desconocer que casi la mitad de los electores católicos norteamericanos votan demócrata. Y la más desconcertante: el partido que en Europa calificaríamos de «progre» y más cercano a la ideología de los socialistas, está desde hace tiempo comandado por católicos. Joe Biden, el candidato demócrata a la Casa Blanca, es católico, como también lo es la «número tres» en el escalafón del poder en EE.UU., la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi. No es, como algunos podrían pensar, un problema de odio a los católicos -como en la era del Ku Klux Klan- sino de rechazo a los católicos que no se avergüenzan de serlo. En el fondo, la resistencia que muestran Biden y Pelosi por la candidatura de la juez Barrett parece proceder del rechazo a la coherencia con la propia fe, que lleva a los dos dirigentes demócratas a situarse en contra de la doctrina de la Iglesia católica en temas nucleares como el aborto y el matrimonio.

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En el 6º centenario del nacimiento de fray Tomás de Torquemada, nacido el 14.10.1420
[Ciertamente siguen siendo inquisidores, ya poco o nada católicos, los descendientes de los familiares de la Inquisición, distorsión en la religión cristiana por el cesarismo renacentista, que gravita sobre el alma descristianizada de Occidente y de todo el mundo actual].

 

La triste patria de Tomás de Torquemada

IVÁN VELEZ El Mundo 14.10.2020 https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2020/10/14/5f86b4f521efa07a3d8b45d9.html

"El peso de la crueldad heredada gravita sobre el alma española y todo es creíble, y todo es posible en esta triste patria de Torquemada". La frase reproducida se incluyó en una breve nota que vio la luz el 21 de junio de 1907 en el semanario Las Dominicales, que se decía "Órgano de la Federación internacional de Librepensadores en España, Portugal y América".

[Ciertamente siguen siendo inquisidores, ya poco o nada católicos, los sucesores de los familiares de la Inquisición, institución que fue una distorsión en la religión cristiana por el cesarismo renacentista, y esta distorsión es mucho mayor sobre el alma descristianizada de Occidente y de todo el mundo actual].

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Juan de Mariana en su Historia general de España se refirió así a Torquemada:

"Persona prudente y docta, y que tenía mucha cabida con los reyes, por ser su confesor, y prior del monasterio de su orden de Segovia".

¿Cuándo se produjo, entonces, la quiebra de su imagen? La respuesta nos conduce al siglo XIX y, concretamente, al sacerdote apóstata afrancesado Juan Antonio Llorente, secretario del Santo Oficio entre 1789 y 1791. Llorente, que en 1808 había elaborado un Reglamento para la Iglesia Española hecho a la medida de sus intereses, salió de España tras la derrota de Napoleón. En 1817 publicó en París sus cuatro volúmenes de la Historia crítica de la Inquisición de España, vertida al español en 1822, año en el que apareció su Retrato político de los papas, que determinó su expulsión de Francia.

En su obra, el bonapartista ofreció unas abultadísimas cifras de víctimas inquisitoriales: 31.912 quemados vivos, 17.659 quemados en efigie y 291.450 penitenciados con penas graves, a los que sumó el número de moros y judíos expulsados. Aquellos números, fruto de las extrapolaciones realizadas sobre los procesos desarrollados durante el mandato de Torquemada, hicieron las delicias de la masonería, protectora de Llorente en su exilio francés y consolidaron la imagen que en el país vecino, en el cual operó una Policía del Libro, para la que trabajaron algunos colaboradores de la Enciclopedia, hasta la segunda mitad del siglo anterior, se tenía del Santo Oficio. El retrato que Llorente elaboró de Torquemada, se recrudeció con el tiempo. Si en sus Anales de la Inquisición de España dejó estos trazos:

Torquemada fué desinteresado, austero y justo á su modo. Nunca quiso ser obispo, aunque pudo por lo mucho que lo estimaba el rey. Fundó el convento de dominicos de Ávila, su patria, donde fué sepultado. Su excesivo celo en el empleo de inquisidor general le produxo grandes pesadumbres y cuidados. Tres veces envió á Roma su compañero fray Alonso Badaja para defender su inocencia en calumnias que le formaron. La multitud de familias infamadas le atraxo enemigos poderosos públicos y secretos.

En su Historia crítica de la Inquisición en España, la figura del dominico, tras cuya muerte Llorente consideró que no solo no debía haber tenido sucesor, sino que debería haberse aniquilado un "tribunal tan sanguinario y opuesto á la mansedumbre y lenidad evangélicas", adquirió tintes más oscuros y agradables para los oídos de sus clientes:

Todos estos daños, y muchos otros más, fueron consecuencia del sistema que adoptó y dejó recomendado el primer inquisidor general fray Tomás de Torquemada, quien por lo mismo murió aborrecido generalmente, después de haberlo sido diez y ocho años, hasta el extremo de no tener segura su vida. Para defenderse de los enemigos públicos, le concedieron los reyes Fernando e Isabel que llevara consigo en los viajes cincuenta familiares de la Inquisición a caballo y doscientos de a pie. Para precaverse de los enemigos ocultos tenía en su mesa continuamente un asta de unicornio, que decían tener virtud de manifestar e inutilizar la fuerza de los venenos. Nadie se admirará de la multiplicación de enemigos suyos después de las noticias indicadas, a que se agrega que aun el papa mismo llegó a extrañar tanto rigor, pues eran continuas las quejas, de manera que Torquemada se vió en la precisión de enviar a Roma tres veces en distintas épocas a fray Alonso Badaja, su socio, para defenderle de las acusaciones que se hicieron contra su persona, llegando el caso de que Alejandro VI, cansado de oir quejas, quiso despojarle de la potestad que le había dado, y dejó de hacerlo solamente por consideraciones políticas al rey Fernando.

Seis siglos después de su nacimiento, Torquemada, al que en un año tan señalado no se le prestará atención alguna por parte de un Gobierno en el cual figuran no pocos suscriptores del título de este artículo, se mantendrá como símbolo, pues no existe ningún interés en indagar acerca del personaje histórico. Al cabo, una nación que ha asumido, desde los estratos más humildes a los salones más distinguidos y cosmopolitas, con tal beatitud la leyenda negra, no puede acometer la necesaria tarea de insertar al dominico en el complejo contexto que determinó la tardía implantación de un tribunal de la fe, el inquisitorial, que en palabras de Fernando el Católico respondió a las razones señaladas por su propia pluma:

"Pero porque nuestra firme intención y zelo es anteponer al servicio de N. S. Dios al nuestro, queremos aquélla en todo caso se faga, todos otros intereses postposados".

El escritor Iván Vélez publica en La Esfera de los Libros 'Torquemada. El gran inquisidor', que sale a la venta el 21 de octubre de 2020.